El Judo, es un deporte nacido en Japón, a partir de una antigua disciplina samurái y es aplicado a la enseñanza por su estimable valor pedagógico. Con una programación absolutamente reglada, consigue ampliar la destreza física, favoreciendo el desarrollo de la psicomotricidad, la flexibilidad y la coordinación, el equilibrio, la expresión corporal o la competencia espacial.

Además, el Judo actúa como catalizador de algunas de las más nobles cualidades ya que, desde la entrada en el tatami, pasando por las llaves, técnicas y movimientos, todo se plantea siempre bajo el prisma del respeto mutuo y el respeto a las reglas del juego.

El saludo al que obligan todas las artes marciales japonesas se convierte en una inclinación respetuosa hacia el Maestro o hacia el adversario cargada de significado, predisponiendo a la lealtad en la “lucha” y al dominio de uno mismo, de la fuerza de voluntad y de la propia percepción del contacto, en un cuerpo a cuerpo que se plantea con nobleza, aún en la confrontación, y que favorece la asunción del resultado de un combate con deportividad.